SANTO
DOMINGO, República Dominicana.- El dirigente reformista Ambiori Alcántara, quien
aspira a regidor por el municipio de Bánica, plantea en su artículo titulado “Por
qué demorar más si es inminente y necesario”, donde planteó la inviabilidad de
una alianza entre los partidos Reformista Social Cristiano (PRSC) y de la Liberación
Dominicana (PLD).
A continuación el artículo escrito por Ambiori
Alcántara.
Visto el panorama político actual en la república
dominicana, influenciado fundamentalmente por las complejidades que imperan a
lo interno del Partido de la Liberación Dominicana, todo análisis objetivo ha
de conducirnos a la conclusión de la inviabilidad de un acuerdo o alianza
electoral entre el PLD y PRSC donde prevalezca el axioma “Ganar-Ganar”
Esto así, porque los acuerdos previos, primero entre
las dos facciones que interactúan a lo interno del PLD y segundo el anunciado,
aunque no finalizado aún, entre el
PLD-PRD ha dejado, a la comisión designada por el Comité Político del partido
de gobierno para las negociaciones de pactos electoral, desprovista de la herramienta
indispensable para llegar a un acuerdo equitativo con el Partido Reformista
Social Cristiano (PRSC).
Al margen de esta realidad, la historia reciente nos
muestra que el factor fundamental de la pérdida de confianza en el Partido
Reformista Social Cristiano por el electorado y por vía de consecuencia la
disminución de su militancia y como es lógico la reducción considerable de sus
votos en las diferentes elecciones, ha sido las alianzas con el PLD, pero más
que eso, las formas en que se han hecho esas alianzas, prevaleciendo siempre el
interés de un pequeño grupo por encima de los intereses partidarios. Esta vez
no parece ser la excepción.
Ese grupo minoritario que gravita a lo interno del
PRSC incitan a una nueva alianza con el PLD con la finalidad de ellos
garantizar sus intereses, no importa el costo que tenga que pagar la militancia
del partido y más aún tratando de
desconocer el trabajo desplegado por el presidente del partido el Ing. Quique
Antún y una legión mayoritaria de dirigentes en todo el país para posesionar al
PRSC en el sitial que ocupa actualmente. El mejor de las últimas contiendas electoral.
Si bien es cierto que en toda actividad, como la
política, donde el factor cantidad es signo de éxito el temor a la división es algo normal, pero,
no es menos cierto también, que en política hay restas que suman y pérdidas que
dejan ganancias.
Viendo la situación desde una óptica realista, sea
cual fuere la decisión, es inminente,
pero al mismo tiempo necesaria, la división en el Partido Reformista Social Cristiano.
Inminente porque el grupo minoritario, que responde al
PLD dentro del PRSC no va aceptar otra decisión que no sea la alianza con el
PLD; esa es la única forma que, ellos entienden, se protegen sus intereses
personales. En cambio, la amplia mayoría de los reformistas que creen en el
partido, que han estado trabajando para su fortalecimiento y preservación como
instrumento de lucha y reivindicación político-social, entienden que una
alianza llevaría al PRSC a la autodestrucción y desaparición definitiva y por
tanto no estarían en disposición de formar parte de esta acción negativa.
Si finalmente el Partido Reformista Social Cristiano
decide trillar su propio camino, como es el deseo y, así lo ha expresado, del ingeniero Quique Antún y la amplia mayoría de los reformistas,
aquellos que defienden los intereses peledeísta a lo
interno del PRSC seguro se sumarían a la causa gobiernista, aún en contra de la
decisión del partido y en franca violación a los estatutos del mismo.
Entiendo que es necesario
acrisolar al Partido Reformista Social Cristiano por que, no es justo ni
políticamente correcto, que la militancia de ese partido tenga que ver, en cada
elecciones amenazada su entrega, su trabajo, su dedicación y hasta sus recursos
por que un grupo de seudodirigentes intenten hacer negocios para beneficios
propio con el trabajo de otros. Además esta división habrá de garantizar la
preservación del PRSC con la una unidad monolítica de la gran mayoría para
trabajar por un verdadero proyecto de partido y de nación.
Es necesario pues que, a sabiendas de que dicha
alianza electoral, viéndolo desde el punto de vista de la lógica política y de
la realidad política actual es prácticamente imposible, se proceda a dar un
plazo no mayor de una semana para que, la comisión designada para escuchar
propuestas rinda un informe al Directorio Presidencial, en el que lógicamente
habrá de sugerir la imposibilidad de un acuerdo, que ese órgano resolute ir con
candidaturas propias a las próximas elecciones y que se convoque a una asamblea
extraordinaria, si así lo consignan los estatutos, para que ratifique esta
trascendental decisión. Y entonces, ¡Adelante compatriotas a pasos de
vencedores!
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