SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Cuando uno se detiene a
observar los acontecimientos nota que los tiempos han cambiado a una velocidad
vertiginosa.
La modernidad nos ha dotado de teléfonos móviles y
ordenadores o computadoras, pero esos modernos equipos están prácticamente
aniquilando dos hábitos muy arraigados en los dominicanos: conversar cara a
cara con familiares y amigos y leer un buen libro.
Con estas afirmaciones presenta su libro “Réquiem por el
Patriarca”, el médico Manuel Aquino, una obra basada en vivencias y hechos
reales, con un cierto giro para adaptarlo a la novela y cuya edición no está en
internet.
Indica el autor, que el título del libro es más que sugestivo
pero su lectura es adictiva, “porque una vez se empieza a leer no quiere
soltarlo”.
“En su contenido podemos encontrar muchas similitudes con
nosotros mismos y/o con personas que conocemos, al extremo de preguntarse: ¿ese
personaje seré yo?, aunque, no soy yo, pero “sé muy bien a quién se refiere el
autor, porque la descripción es inconfundible”, sostiene Aquino.
El autor del libro, médico de profesión y escritor por
afición, ha logrado una novela cuya lectura es entretenida en grado extremo,
instructiva y hasta moralizadora, ya que incluye pautas relacionadas con los
padres y envejecientes sobre la voracidad de muchos hijos, los “gravísimos”
efectos de la inmigración ilegal descontrolada, la deforestación, la creciente
demografía en la isla; con el lado haitiano desértico y el dominicano muy
reducido en su foresta.
En esta obra se tocan los más variados temas, cada cual de
interés colectivo, como la pérdida de valores en una buena parte de la
juventud, el problema de las drogas y la violencia familiar y, por supuesto, no
podían faltar los comentarios políticos.
En la obra el autor también aborda el tema de las turbas, el
aumento del trasiego de haitianos ilegales de parte de funcionarios de aquí y
de allá, quienes montaron su actividad ilícita sin pensar en futuras
consecuencias; y la desigualdad social.
Pero, ¿quién era el patriarca? Era un hombre de campo, muy
trabajador, honesto y solidario, siempre dispuesto a sacar la cartera para
ayudar a los demás, pero que por estar siempre ocupado, nunca llegó a conocer
bien a su propia familia.
Para los fines de desarrollar una trama educativa, además de
sus vivencias, el doctor Aquino consultó datos sobre historia, geografía,
política, moral y cívica, entre otros, a fin de describir en su novela a los
diferentes personajes, entre ellos sacerdotes, mujeres disolutas, banqueros,
profesores, estudiantes, militares y políticos, y un amplio etcétera.
Publicado por Robinson Castro.
@zamberos.
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