Por German Marte.
germanmarte4@gmail.com
Después del golpe de Estado contra Juan Bosch en 1963, el atentado más
grave contra la democracia dominicana es el que en este momento pretende
consumar mediante un “pacto político” el Partido de la Liberación Dominicana
(PLD), en complicidad con el PRD y el PRSC, con el único objetivo de seguir
sacando beneficios particulares y garantizar impunidad a los corruptos del
actual y el anterior gobierno.
Utilizando los recursos del Estado, el presidente Danilo Medina aplastó a
Leonel Fernández y obligó al otrora “líder indiscutible” a firmar un acuerdo
conocido como “reelección por reelección”, mediante el cual los actuales
legisladores y alcaldes morados serían repostulados a cambio de que estos apoyen
la reelección presidencial.
Este pacto, propio de mercaderes, entre Danilo y Leonel se lleva de paro
las legítimas aspiraciones de decenas de peledeístas. La voluntad de dos
individuos se superponen a la de miles de hombres. Adiós democracia interna.
El grupo de Danilo Medina maquinó durante años hasta controlar el partido y
tomar el control del Estado, lo cual sería loable si fuera para “servir al
pueblo”. Pero no.
Y no conforme con haber diezmado a los leonelistas, el grupo de Medina, que
ha demostrado ser igual o más ambicioso que aquel, involucra al PRD y al PRSC
en su trama macabra contra la débil democracia.
Por los escandalosos casos de corrupción durante su gobierno, su
“vinchismo”, descaro y parejería, pensábamos que Leonel había sido lo peor para
la endeble democracia criolla; sin embargo, Danilo ha demostrado ser aún más
voraz y que no le tiembla el pulso para adueñarse de la “fábrica de
presidentes” de la que alguna vez habló quien se llegó a creer el “Henry
Christopher” dominicano, sin contar con que otro Petión, también del sur, le
apagaría las luces a su “reino de este mundo”.
Por ahora, y en parte gracias al amemamiento del pueblo y la oposición, los
peledeístas están engreídos, y con el apoyo de dos entelequias como el PRD y el
PRSC creen que son invencibles, que pueden hacer lo que les venga en gana con
la Constitución y con el país.
El pacto Danilo-Leonel, así como el acuerdo con el PRD y el PRSC, tienen un
carácter espurio, pues se basa en una visión de botín del Estado y en un
blindaje para los corruptos, impunidad total. Más que un pacto, es una especie
de “asociación de malhechores” en contra del resto de la sociedad.
Ellos creen que este pueblo es lo que le voceó el sobrino de “Monchy” a dos
Amet en Santiago.
Demostrémosles que no es así, que el tigueraje, bien sea sutil o descarado,
no puede imponerse a todo un pueblo.
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