Por Venecia Joaquín.
Los antivalores,
corrupción, impunidad, desigualdad
social, como la mala yerba, se multiplican en la sociedad. Lamentablemente, el
sistema judicial es el culpable, los fomenta.
El deber del Estado es
establecer leyes, normas, procedimientos que rijan las instituciones y
comportamiento de los ciudadanos; hacerlas cumplir para que reine el orden,
respeto, disciplina. Los tribunales
judiciales son los encargados de
aplicarlas. Para lograr esa misión los jueces deben ser imparciales,
competentes, sin compromisos partidarios; deben actuar con objetividad sin
importar la clase social, económica o
política del individuo.
Cuando el sistema
judicial funciona de manera selectiva,
con criterios personales, no
normativos; influenciado por el poder
político o económico de que disponga el acusado o su padrino, la sociedad se pudre. Es una forma de apoyar
la corrupción. Esta sucediendo en el país.
¿Por qué? Están seleccionando los
jueces con debilidades que les permitan
blindar, garantizar la impunidad en corruptos de cuellos blancos, que
archiven su expediente,
reciban NO A LUGAR, los
conviertan en intocables. Ya ha sucedido.
La impunidad es el
mecanismo más efectivo de multiplicar
los males sociales. Es un mensaje que llega a toda la población,
restándole fuerza a quienes se empeñan
en trabajar en buena lid. Donde reine la corrupción e impunidad, la sociedad esta podrida, sumergida en el fango, no logra un
desarrollo equilibrado, armónico, humano, porque el sistema judicial no
funciona.
Tenemos corruptos intocables, sonriendo felices desde los
balcones de sus lujosas mansiones, viajando, burlándose de los pobres porque se
hicieron millonarios, tomando sus recursos
e invirtiéndolos en negocios y fundaciones ante la mirada de infelices desamparados y el visto bueno de la justicia..
¡Que asco ¡
Los tribunales
judiciales y las altas cortes son
los responsables. No cumple con su misión. Piensan en poder, en cosas materiales y personales, descuidando
el alma de la nación. Lo más lamentable es observar iglesias, encargadas de lo
espiritual, olvidando su rol para acercarse a los poderosos.
Indiscutiblemente, hoy, a los padres de familia se le
dificulta hacer de los hijos, personas
de bien. Las fuentes de aprendizaje, las
enseñanzas de dirigentes en la
cúpula, neutralizan su labor. ¡Que
pena!
Podemos hacer de RD un modelo, un jardín de
justicia y bienestar social. Tenemos recursos y personas honestas. Trabajemos en la búsqueda de la tranquilidad,
de la paz interior. Es el tesoro más valioso.
Apartemos los
ambiciosos que deforman el alma
de la gente.
Recordemos que un buen
líder o ciudadano no es conceptualizar
bonito ni tomar con elegancia los bienes del pueblo, es predicar con el ejemplo, es saber dejar un
granito de arena en pro de una sociedad donde reine la justicia,…la paz.
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