Por Miguel Espaillat Grullón.
ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Si mal no recuerdo, fue en
la noche del sábado 13 de mayo en curso que Jatnna Tavárez entrevistó en su
programa “Con Jatnna” al expresidente y aspirante eterno a lo mismo señor
Rafael Hipólito Mejía Domínguez.
El “introito” de esa presentación de Jatnna a Hipólito lo
hizo con las palabras siguientes: “Esta entrevista tenemos que aprovecharla de
principio a fin. Es un gran empresario
de la República Dominicana; un hombre muy cercano; uno de los grandes
conocedores de la idiosincrasia de nuestro país, dedicado toda su vida a servir
a los demás, por eso se granjeó la simpatía de todo del pueblo dominicano y
asumió con responsabilidad, el ser presidente de la República Dominicana…a
nuestros estudios en esta noche. Llegó papá, don Hipólito Mejía“.
Miguel Espaillat Grullón |
Los que saben de comunicación, de inmediato se dieron cuenta,
que esta entrevista siguió las directrices de un riguroso libreto que buscaba
manipular a un pueblo bueno, pero impresionable.
En esta ocasión la entrevistadora cometió la grave falta de
no asumir el rol de la imparcialidad que debe primar en un comunicador, cuando
de promover a un político se trata, claro, si este comunicador está interesado
en lo mejor para su país. Jatnna pecó de parcial al decirnos que su
entrevistado ha dedicado toda su vida a
servir a los demás y que asumió con responsabilidad el ser presidente de la
República Dominicana.
Pero además, la revelación de su relación cercana, intima,
con el entrevistado y su familia, nos lleva a encontrar las razones del porqué
ella (Jatnna), nos quiere vender a este nefasto expresidente de la República,
como la mejor opción presidencial para el 2020 que tiene el pueblo dominicano.
A este engaño, a esta perversa manipulación, hay que salirle
al frente, pues no es posible que a estas alturas del juego unos comunicadores
en aras de sus intereses nos quieran meter por los ojos los peores candidatos
como las mejores opciones de cara al 2020, tal como también lo están haciendo
otros periodistas al servicio de Leonel Fernández y Danilo Medina.
Carolina Mejía y Jatnna Tavárez. |
¿A cuáles intereses responde Hipólito, para que Jatnna en un
ejercicio de prestidigitación retórica, nos quiera vender la idea de que ese
expresidente se ha dedicado toda su vida a servir a los demás y que asumió con
responsabilidad, el ser presidente de la República Dominicana?.
Hipólito, como los capos y tiranos aludidos, reconocemos que
ha sido buen padre y excelente abuelo, pero para nuestro pueblo, no lo ha
sido. Esa tesis que atribuye bondades
infinitas a Mejía como gobernante para con nuestro pueblo, se cae con solo
traer al tapete el mal manejo que él le dio a la quiebra del Baninter,
arrojando sobre los más desposeídos la solución de aquella quiebra, originada
por la corrupción, de la cual, Hipólito fue parte junto al terrible Pepe Goico.
En cuanto al discurso de Mejía: “quiero llegar al poder para
combatir la corrupción y ponerle fin a la impunidad”; no entiendo como un amigo
y protector declarado de los corruptos pueda hacer semejante trabajo. A Mejía, a Jatnna, a mis lectores y hasta a
los hijos de Mejía, les cedo la palabra para que respondan esta inquietud mía y
de muchos.
Además, también quiero saber cómo un comerciante, (tal como
lo presentó Jatnna), y por demás neoliberal (modelo económico, que hace más
rico a los ricos y más pobres a los pobres, pero que también socializa las
perdidas y privatiza las ganancias, tal como se hizo el manejo de la quiebra de
Baninter), pueda hacerle frente a sus amigos comerciantes neoliberales (al
igual que él, Pepín Corripio, los
Vicini, sus amigos banqueros y empresarios beneficiados con grandes exenciones
fiscales y arancelarias y con enormes subsidios), para de repente, contra sus
propios intereses comerciales, y contra los de sus amigos ya aludidos, se
disponga a realizar un gobierno no
neoliberal, que contemple un “proyecto duartiano de nación”, que de una vez y
por todas, favorezca a nuestro pueblo.
¿Quién entiende estas contradicciones?
¿Y qué decir de sus acciones? ¿Acaso, como ya he referido en varias
ocasiones, modificar la Carta Magna para pretender reelegirse, sobornando a
decenas de legisladores con dinero sustraído del Estado, no es corrupción con
categoría de robo? ¿Tiene calidad moral
para combatir la corrupción, quien siendo presidente de la República nombró a
varios narcotraficantes como ayudantes civiles de la presidencia, en lo que
además empoderó a uno de esa saga maldita con el rango de capitán y jefe de su
campaña política en una provincia, a sabiendas de que era un capo? ¿Puede combatir la corrupción, quien haya
advertido que no llevará a la justicia a los ladrones del erario, si son sus
amigos con categoría de canchanchanes?.
¿Puede ser un abanderado contra la corrupción, quien siendo
presidente protegió a sus funcionarios denunciados como ladrones, tal como
sucedió en su gobierno, con un director del Instituto Nacional de Recursos
Hidráulicos (INDRHI)? ¿Es coherente
pensar que combatirá la corrupción un presidente que apoya, empodera y hasta le
toma cariño a un coronel con varios expedientes de estafador por los cuales ya
había sido juzgado y sentenciado en la justicia?
Esta lista sería interminable, si trajésemos a colación que
Hipólito a la vista de todos hizo una mansión en Jarabacoa con recursos del
Estado, que mandó soldados a Irak, que en su gobierno permitió que en Monte
Cristi y Samaná se depositara desechos tóxicos traídos de otros países para
dañar al nuestro, que nunca ha participado en las luchas reivindicativas de
nuestra clase trabajadora, que nunca se ha pronunciado contra el infame
contrato de la Barrick Gold y otros; que nunca ha defendido su país contra las
privatizaciones; que habla de progreso y reivindicaciones sociales, proponiendo
en son de burla “boroneo, dar migajas a los de abajo”.
Hablo del mismo Hipólito Mejía, que hace el ridículo de
bailar dembó con una joven que puede ser su nieta, pero que ahora justifica su
no asistencia a las marchas verdes, porque (según él), eso no cuadra con la
dignidad de su alta investidura de expresidente de la República.
Estas contradicciones merecen una explicación de parte de
Jatnna. Al respecto, que ella nos
edifique y aclare, el por qué, pese a lo expuesto anteriormente acerca de
Mejía, este expresidente (según ella) es la mejor opción electoral de los
dominicanos para el 2020, cuando es evidente que no es así, y que más bien esa
candidatura está resultando en un factor de división en el PRM, lo que viene a
crear las condiciones para que el PLD continúe en el poder.
¿Por qué mejor no orientar a nuestro empobrecido pueblo para
que tome el camino que lo conduzca a salir de la caótica crisis social,
política, económica, moral y ecológica en que está? ¿Por qué Jatnna se inclina
por el caos que representa Hipólito?
Sinceramente, no veo haciendo ese papel de apologistas de una
candidatura de Mejía a comunicadoras como Altagracia Salazar, Edith Febles y
Sara Pérez entre otras; y pienso, que si la hermanas Mirabal y Aniana Vargas
estuvieran vivas, no se prestarían para semejante auspicio. ¡Qué pena, que
Jatnna en vez de usar “llegó papá”, no use llegó “papá Liborio” o “llegó papá
Bocó” (no por Bocó, sino por bocón), como también “llegó papá cocote” por
aquello de estar “haciendo cocote” con querer volver nueva vez a ser presidente
de manera obsesiva y con acciones repugnantes.
Hago esta petición porque no quiero encasillar a Jatnna
Tavárez en ese sector de la clase media (que según Rosario Espinal) aunque no
profese seguir con devoción a los caudillos, depende en cierta medida de
empleos y contratos en el Estado. Ante este criterio, a Jatnna Tavarez, más que
a nadie debiera interesarle aclarar este asunto, puesto que ella en esa
entrevista a Hipólito, ha revelado ser una amiga íntima del clan Mejía, por lo
cual, su interés para que Mejía vuelva al poder, se puede interpretar, porque
ella sería favorecida en grande, de Mejía llegar nueva vez al poder.
Pero también, ese deseo de Jatnna Tavarez, de que Mejía
vuelva al poder, puede explicarse a través del concepto que Juan Bosch nos dejó
de la “clase media” a la cual ella pertenece.
Al respecto Bosch escribió: “con las excepciones lógicas, comerciantes,
profesionales, militares, sacerdotes, periodistas, hombres y mujeres, carecen de
dignidad patriótica porque les falta ese ingrediente estabilizador y creador
que se llama amor; amor a lo suyo, amor a su tierra, a su historia, a su
destino. En esta última palabra (su destino), se halla la clave de su actitud:
la clase media dominicana que vive sin un presente estable, no tiene fe en su
destino, no creé en él, y por lo tanto, su vida como grupo social no tiene
finalidad. Vive perdida en un mar de tribulaciones. Como consecuencia de esa
actitud (continua Bosch), los dominicanos medios, no han establecido una escala
de valores morales; no tienen lealtad a nada, ni a un amigo, ni a un partido,
ni a un principio, ni a una idea ni a un gobierno. El único valor importante es
el dinero, porque con él pueden vivir en el nivel que les pertenece desde el
punto de vista social y cultural; y para ganar dinero se desconocen todas las
lealtades” (especialmente la debida a la patria, digo yo, M.E.)
Conclusión
Toca a Jatnna Tavárez darnos una explicación del por qué su
interés en que Hipólito Mejía gane la presidencia 2020-2024, pese a que está
harto demostrado que sería más de lo mismo, tal como lo serían Leonel
Fernández, Danilo Medina, Miguel Vargas, Reinaldo Pared Pérez, Francisco Javier
García, Franklin Almeyda, Felucho Jiménez, Temistocles Montas, y otros, como
Rafael Suberví, Amable Aristy Castro, Andrés Vanderhorst, Elías Wessin Chávez,
Miguel Soto Jiménez, Radhames Zorrilla Ozuna, Ito Bisonó, Quique Antún, y otros
de semejante tupé).
Pero también, Jatnna debe demostrar que su interés por que Hipólito
gane la presidencia 2020-2024 (en su caso personal), no tiene nada que ver con
la explicación que da Rosario Espinal y Juan Bosch sobre el comportamiento de
la clase media dominicana, a la que ella pertenece.
El autor es escritor; reside en Nueva York.
0 Comentarios
Tu comentario es importante