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Tiraron la ética al basurero

Por Orlando Gil.
orlandogil@claro.net.do/@orlandogildice
LO QUE CONVIENE.- Los peledeístas se molestan cuando dicen que abandonaron los ideales de Juan Bosch y tiraron la ética al basurero, y tienen razón, puesto que la afrenta la hace gente que no siguió a su difunto líder ni militó en su partido. 
Sin embargo, la verdad es la verdad, y a Bosch se le recuerda en las fechas de gloria, no se le tiene presente en el día a día, y menos replicar su conducta de monje. 
Dirán, otros tiempos, otras circunstancias. Si hubieran actuado de acuerdo a sus enseñanzas y no se encuentran a Joaquín Balaguer en el camino, todavía estuvieran halando aire por un tubo, teorizando en el patio de la Casa Nacional, debajo de la mata de limoncillos, vendiendo casa por casa Vanguardia del Pueblo y haciendo colectas en las esquinas para cubrir sus actividades.
En papel y por escrito se impone el pensamiento de Bosch como ideología oficial, pero en la práctica y en cada circunstancia el predicamento del menos boschista de sus dirigentes. El de Euclides Gutiérrez Félix: “En política se hace lo que conviene”. 
Ese hacer en política lo que conviene les lleva gobernando cuatro períodos, tres de seguidos, y ahora un quinto. 20 años, y después canta Carlos Gardel que no es nada...

MÁS BALAGUER, MENOS BOSCH.- La perversidad política lleva a decir que los peledeístas aplican  más de Balaguer que de Bosch, en su ejercicio de poder, y eso no debiera extrañar, pues como estadista Balaguer tuvo más experiencia que Bosch. Siete meses contra veinte años. Y el hacer en política lo que conviene tiene resultados. 
Tal vez no para el país, pero sí para los peledeístas. Lo bueno no se cambia se decía en una de las tantas campañas de Balaguer, y en cada ocasión importante o crucial los peledeístas repiten el esquema de la conveniencia en política. 
¿Qué sucedió el pasado martes en la reunión del Comité Político? Nada nuevo, ni diferente. Simplemente se hizo lo que convenía, y lo que convenía era repartir según los intereses de Danilo Medina, de Leonel Fernández y de los líderes emergentes de las cámaras legislativas. La alternativa, que fue discurso en boca de Temístocles Montás, ahora se hizo doctrina en el PLD, incluso con la anuencia de su presidente Fernández. Lo de Reinaldo Pared fue un truco, pero no así lo de Yomaira Medina...

VIVIR PARA SÍ.- Los peledeístas viven para ellos mismos, y no se puede negar que vivan bien. Desde fuera se apuesta a lo peor, ellos compran todos los números y la lotería se entaquilla. Danilo Medina y Leonel Fernández sorprendieron llegando temprano a la reunión del Comité Político del pasado martes. No se esperaba que le ganaran a la puntualidad, y menos Fernández, quien tiene por costumbre retrasarse unos minutos. Tomados fuera de hora los responsables de la Casa Presidencial, el secretario general, el encargado de prensa, y hasta dirigentes que hasta el último momento dudaron de que el encuentro fuera para bien. La OTAN (¡Ay la OTAN!) a veces se pasa de insidiosa. Incluso, la diferencia de minutos da a entender que hubo contactos previos, y siempre quedará en el aire la pregunta de quién convocó a quién. Ese, no hay dudas, será su secreto, su misterio, su clave, y hasta un arma para defenderse de las emboscadas de sus propios colaboradores. Sin embargo, mientras puedan buscarse y entenderse sin intermediarios, la quiebra del partido estará más distante...

A VOLUNTAD PROPIA.- Ese “conversao” previo, que no es nuevo, aunque tampoco con  el mismo resultado, pués no debe olvidarse abril del 2015, allanó el camino. Dicen los de afuera que Fernández salió perdiendo, pero habría que ver, ya que Fernández consintió, y a nadie que acepte a voluntad puede considerársele derrotado. 
El documento de los 15 puntos habla de equilibrio, y entre peledeístas se habla de equilibrio, y el “out” o “safe” lo cantan los árbitros y no las gradas. A Reinaldo Pared lo llamaron, le entregaron las conclusiones y le encargaron darlas a conocer al pleno para su consiguiente discusión. 
El debate pudo llevar días, pero los CP no salían de su asombro, y cada cual, entre  tonto o atontado, solo atinó al consabido corroboro. Un evento que se pensaba crucial, quedó como el más rutinario, pues ni siquiera autoritario. 
La acometida de los legisladores se consumió en su propia salsa, sin que se sepa cuál de los dos sirvió de padrino. Si Fernández o Medina. La situación interna se mantiene igual, pero Ö, y mientras haya un pero, la cosa marchará...

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