Ahora ocurre que Luís Abinader,
candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno y de otras fuerzas
políticas, es un terrorista que ordena colocar y detonar bombas en un recinto
lleno de personas que discuten pacíficamente el desarrollo de una protesta de
profesores, empleados y estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo
que reclaman un presupuesto justo como lo ordena la ley, para de ese modo poder
cumplir sus compromisos académicos y seguir siendo la universidad del pueblo
pobre.
El presidente Danilo Medina tiene en
sus manos la posibilidad legal, legítima, de anular, de golpe y porrazo, al
único obstáculo para continuar en el poder y consolidar su dictadura,
sometiendo a Luís a la justicia por alteración del orden legalmente constituido,
asociación de malhechores, intento de asesinato, sedición, conspiración y
terrorismo.
Con esas imputaciones al candidato
presidencial del PRM habrá que dictarle 30 años de cárcel, cadena perpetua, la
silla eléctrica, inyección letal o el paredón de fusilamiento. (Nada de eso es
difícil pues el PLD controla todas las instituciones del Estado y las usa con
files políticos reeleccionistas)
Luís Abinader debe presentarse ante
el Ministerio Público y convertirse en reo; él mismo debe ponerse las esposas para
que lo encierren en las mazmorras del PLD ubicadas en el “15 de Azua”, donde
están los criminales y antisociales más peligrosos del país.
La acusación contra el candidato
presidencial opositor la hacen, nada más y nada menos, que el Ministro de lo Interior
y el jefe de la Policía Nacional durante una apresurada y planificada rueda de
prensa para denunciar los actos vandálicos minutos antes de que se produjeran y
de que estallaran las bombas lacrimógenas que provocaron que todos los
presentes en el aula Magna de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)
corrieran despavoridos.
Debemos suponer que la gravísima
imputación de terrorismo contra Luís Abinader, un conservador por naturaleza de
clase, que ha debido visitar pocas veces la UASD, que nunca ha quemado un
neumático durante una protesta callejera, ni lanzado una piedra, que no ha
militado en grupos de izquierda, ni siquiera en el PACOREDO donde se inició
políticamente el reeleccionista Danilo Medina, debió ser hecha previa
investigación de parte de los organismos de seguridad del Estado.
(No sería la primera vez que un rico
de nacimiento se revela contra sí mismo y se vuelve loco y se convierte en
asesino de masas)
(Algunos analistas están convencidos
de que las bombas las lanzaron agentes provocadores del gobierno para impedir
la protesta, intimidar y desacreditar al candidato opositor convertido en un
peligro para la reelección)
Como el ministro de lo Interior y el
jefe de la Policía tienen pruebas de que Luís Abinader es un terrorista asociado
a Juan Hubieres, diputado y candidato a senador, y al Frente Amplio de Lucha
Popular, su deber es hacerle un expediente penal para que el Procurador General
de la República, tan diligente en algunos casos, proceda y pida prisión
preventiva contra tan peligroso ciudadano, alumno sin duda de Osama Bin Laden.
Y si no lo hacen, Luís Abinader, Juan
Hubieres y Fidel Santana deben meterse presos ellos mismos.Y junto con ellos
todos los candidatos del PRM, del PRSC, del Frente Amplio y demás partidos que
integran la oposición verdadera. De ese modo Danilo podrá reelegirse sin ningún
problema. ¡Adelante y valor!
Escrito por el periodista Juan Taveras Hernández (Juan TH).
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