Leonel y Danilo: “Uno fue hecho de lodo y el otro de excremento”

Lilith primera esposa de Adán; los amoríos de Leonel

ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Exenticos ritos mitológicos transportados como cuentos y apoyados por escritos antiguos que posan en pasajes de la Biblia, nos muestran algunas distorsiones que se comportan como  irregularidad de la historia religiosa. Leonel,   siempre habrá chance para otra oportunidad.

La primera esposa de Adán, anterior a Eva se le llamo Llith, la sitúan con el afán defensivo y busca igualdad de la mujer, ella fue el soporte de cultura progresista  que unifico el movimiento feminista mundial. El deseo sexual fue su principal arma. 

Adán se creía dueño absoluto del universo, heredero posesivo de todo  acontecer. No obstante, una Lilith decidió un día poner a prueba su intuición feminista y desafío el follaje de su propia conciencia.

Le exigió a Adán que le permitiera hacer sus propias decisiones hasta en el sexo, este se negó rotundamente; ella suplico a Dios- la respuesta fue que abandonara el sitio donde se le encomendó una misión,  y así lo hizo. Empaqueto todo y se fue del paraíso.

La historia de Leonel Fernández tiene el mismo resultado, Danilo no acepta ninguna propuesta amorosa que nos sea la suya y los suyos. Leonel debe buscar refugio y ya lo hizo en otro lugar; no tiene necesidad de implorar a los dioses,   Danilo tiene el control de todo.

Leonel se presenta ahora como una propuesta (adánica)  solo,  sin solución, pesimista y con todos los pecados de Quirino encima.

Leonel estaba siempre dispuesto a someterse a la voluntad de Danilo,  siempre y cuando este no le traicionara.

Al igual que Adán, Leonel  se consideró superior a todos. Ambos fueron creados dentro del PLD, a  imagen y semejanza de Bosch.

Hoy se descubre que uno fue hecho de lodo y el otro de excremento.

Uno de ellos dos se ira al limbo o ambos, dicho esto porque la situación ha cambiado.

 Ninguno ha estado dispuesto a someterse en voluntad contraria, ahí llego el rebú y terminaron sus amores.

Uno de los dos vivirá a la orilla de un mal sitiado de depresión.

Ambos sentirán la soledad y pedirán a los dioses otra oportunidad,   deberán  los dioses recurrir a su intuición y determinar si son importantes  o inútiles.

Todos los demonios se inventaran uniones, las hienas y un sátiro llamara al otro Miguel no responderá. 

También allí estará Leonel, adolorido, cansado, rugiendo y viejo buscando otra oportunidad;  encontrara un Danilo  taciturno, pero en forma de demonio junto a Joao Santana.

 Por Román Polanco.