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Luis Abinader y Hatuey Decamps: Una mutual invencible

ATMÓSFERA DIGITAL, NUEVA YORK.- Un axioma es una proposición que en matemática y física significa que un enunciado es tan evidente que no requiere demostración. Son famosos los axiomas de Euclides en geometría clásica, los axiomas de “Peano” en aritmética, los axiomas en las leyes de Newton, los axiomas en los postulados de Albert Einstein, en su monumental teoría de la relatividad.

Así mismo es un axioma, por evidente, que el complemento perfecto que necesita la candidatura del licenciado Luis Abinader, es el licenciado Hatuey De Camps Jiménez, ¿Por qué?

Primero: Contra el licenciado Abinader se esgrime el argumento de que no posee experiencia en asuntos de Estado, al licenciado Hatuey, le sobra experiencia en asuntos de Estado.

Segundo: Nadie tiene los argumentos más valederos, para enfrentar a un reeleccionista, por antonomasia como lo es el licenciado Hatuey De Camps. 

De su inquebrantable posición en la defensa de estos principios, es testigo la nación entera, lo que da al licenciado Hatuey De Camps, todo el aval moral y ético para enfrenar con gran éxito las pretensiones del candidato reeleccionista.

Tercero: Nadie puede negar que el licenciado Hatuey De Camps simboliza y representa con indomable firmeza, el pensamiento, los anhelos y los principios por los que vivió y murió el más puro y magnánimo líder popular de nuestro país, el doctor José Francisco Peña Gómez.

Cuarto: El licenciado Hatuey, es poseedor de una escasa, pero preciosa virtud, ¡la lealtad! La nación no ha olvidado, y lo recuerda como lontananza, defendiendo como una fiera enjaulada a su amigo Salvador Jorge Blanco, perseguido y encarcelado por la acción maquiavélica del doctor Joaquín Balaguer, el cual desde el mismo momento que asumió el poder, a las diez de la mañana del 16 de agosto del año 1986, puso en marcha un proceso, no solo retaliatorio, también con la finalidad de inhabilitarlo políticamente, pensando desde ya en las elecciones el año 1990.

Los dominicanos recordamos la posición del licenciado Hatuey De Camps, en solidaridad con su amigo, desafiando las hordas peligrosas e incontrolables, que a fuerza de sangre y luto, pretendían eternizar ese régimen, el cual como si se negara a desaparecer, se nos manifiesta como un símil y prototipo, en la mentalidad, estilo y maniobras del actual gobernante, como si fuera la obra endemoniada del doctor Víctor Frankenstein o el moderno Prometeo, vivificado y recreado en la novela de la genial escritora inglesa Mary Shelley.

He querido dejar, adrede, este axioma para el final; todos sabemos que el licenciado Hatuey De Camps mantiene un liderazgo en las filas del PRD desde donde nunca se ha ido, según lo expresado en muchas ocasiones y variados escenarios. Allí están sus viejos compañeros, sus compadres y amigos con los cuales libró infinidad de jornadas de luchas.

Si a todo esto y como si fuera poco, le agregamos el disgusto soterrado que hay en el PRD por la forma dictatorial que lo dirige su presidente de facto, es fácil colegir que se produciría un éxodo hacia el partido que con posibilidades como el Partido Revolucionario Moderno (PRM), nomine al licenciado Hatuey en su boleta vicepresidencial, acompañando al licenciado Luis Rodolfo Abinader Corona, para probar de esta manera, cuánta razón tuvieron los tratadistas y maestros del derecho francés: Raymond Aron, George Vedel y Maurice Duverger, cuando afirmaron que: “el fin de la política es el poder”

Si las ambiciones personales obnubilan e inviabilizan la estructuración de esta mutual invencible, quedaran dos mudos testigos de excepción: El pueblo dominicano y la historia.

José Coronado es educador
José_coronado092451@hotmail.com

Bronx, New York

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