ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Con el Canto a la Libertad
del español José Antonio Labordeta salieron este viernes de El Despertador los
periodistas Edith Febles y Marino Zapete, despedidos por el Grupo de Noticias
SIN que encabeza el productor de televisión Fernando Hasbún.
“Hermano,
aquí mi mano,/ será tuya mi frente,/ y tu gesto de siempre/ caerá sin levantar/
huracanes de miedo/ ante la libertad.”
“Habrá un
día/ en que todos/ al levantar la vista,/ veremos una tierra/ que ponga
libertad.”
Más mordaz
que la sutil e inteligente Febles, el comunicador Marino Zapete arremetió
contra los periodistas “corruptos” que fungen de bocinas del poder político y
económico. De esos dijo que “son su propia vergüenza” por la opulencia que
exhiben.
Zapete dijo:
“Hemos sido totalmente libres totalmente en el ejercicio de este periodismo
porque nosotros no podremos, ni vamos a hacer menos de ahí, ni aquí ni en
ninguna parte. No hay manera de que yo pueda ejercer el periodismo sin la
libertad necesaria. Que se sepa: yo no estoy atribuyéndole a SIN que nos coarta
la libertad, no puedo decir eso, pero además a mi nadie puede coartarme la
libertad, yo no lo aceptaría, porque eso es fundamental para mí”.
Hizo una
reflexión “a mi pueblo, a mi gente, a los empresarios, a los políticos, a los
ricos” sobre la idea de que el periodismo crítico “no vende” publicidad y, por
lo tanto, hace a algunos medios insostenible desde el punto de vista económico.
“Yo tengo 30
años haciendo el periodismo que hago. Me ha ido muy bien. No tanto como a otros
que andan por ahí con su propia vergüenza encima, porque tienen tantas cosas
que saben que la gente los está viendo y dice pero… y cómo es, ¿verdad?”,
añadió.
Recordó a
“la gente que tiene poder en el país” que: “La sociedad dominicana ha llegado a
un punto donde ser corrupto, ladrón y vendido es un mérito. Sí, hay grandes
señores, incluso del periodismo, que usted lo ve que son sus propias vergüenza
por todo lo que tienen; y son grandes señores. respetados, amados y abrazados
por esta sociedad, por los dueños de los medios de comunicación, por los
anunciantes, por los políticos, por el Presidente, por todos… esa gente”.
Insistió en
que el “mensaje correcto no se vende”, en alusión a que los medios críticos
carecen de apoyo publicitario. Porque -gregó- “a nadie le importa”.
“A esta
sociedad política, a esta sociedad económica, a esta sociedad poderosa, le
importa comprar al periodista putrefacto que se le vende”.
Insistió en
que “esta sociedad tiene que despertar”, desde la jerarquía de la Iglesia católica
hasta la cúpula del empresariado.
Sostuvo que
no puede callar las denuncias como las que se hicieron en el país cuando el
presidente Danilo Medina impulsó una reforma a la Constitución para reinstaurar
la figura de la reelección en su favor, la forma en que se remodeló el hospital
Darío Contreras, el escándalo de corrupción en la Oficina de Ingeniero
Supervisores de Obras del Estado (Oisoe) o la visita del expresidente de Brasil
Luiz Inácio Lula da Silva a Medina para, supuestamente, cabildear en favor de
la Odebrecht que construye la planta a carbón de Punta Catalina.
Zapete
lamentó que: “El cerebro y el corazón de la sociedad dominicana están
corrompidos y podridos; porque hay una complicidad política, empresarial, de la
alta jerarquía de la Iglesia, de todas las instancias de poder aquí para llevar
a la sociedad a la m… Para llevarla a la m...”.
Más sutil y
simbólica, Febles, que había puesto su voz para repetir las letras del Canto a
la Libertad, mostró un vaso con tierra negra y una bolsa plástica con
habichuelas para simbolizar las semillas plantada durante casi siete años al
aire en El Despertador.
Ambos
analistas de las noticias aseguraron que plantaron, y seguirán cultivando, las
semillas de la búsqueda de la verdad, la justicia, el respeto a los derechos de
todas la persona, de la integridad, de la moralidad de la gente, contra la
plaga del racismo en la sociedad dominicana, contra las injusticias “venga de
donde venga, y sobre todo del poder”.
También
explicaron que seguirán poniendo su voz al servicio de la sociedad para luchar contra
los atropellos a los indefensos, por un ejercicio de un periodismo digno, por
la dignidad de la sociedad, por la solidaridad, por la lucha contra la
corrupción administrativa y contra “los políticos perversos” y para darle voz
“al que no lo puede comprar” a periodistas que operan como bocinas del poder de
turno.
Febles
recordó que los periodistas trabajan, desde una empresa privada, para la gente.
Ponderó el hecho de que los comunicadores establecen vínculos con los
ciudadanos que se sustentan en la credibilidad y la confianza.
“No hemos
alquilado nuestra palabra ni engavetamos silencios”, recordó.
Planteó: “En
este trabajo es posible que un día te lleguen hasta tres invitaciones a comer,
nosotros nos encontramos a rato hasta tres invitaciones a comer; yo no tengo
nada en contra de las invitaciones a almorzar, pero prefiero comer en casa.
Zapete también. En horas como está no vamos a extrañar el sazón, de nadie,
comemos en nuestras casas”.
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