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Carta de Guido Gómez Mazara al periodista Juan Bolívar Díaz sobre convención PRD


Santo Domingo, D.N., 3 de agosto de 2014

Licenciado Juan Bolívar Díaz

Su Despacho.

 Estimado Juan Bolívar:

Leí tu trabajo, titulado “El PRD en manos del Tribunal Electoral”, del domingo 3 y aspiro a incorporar algunos elementos al análisis de un tema que, podrá debatirse en los ámbitos de la legalidad electoral, pero sus aristas traspasan las fronteras partidarias. Además, existe una carga de elementos que  “no se ven”  y retratan por completo los intentos por garantizarle a Miguel Vargas Maldonado una maniobra de poder en capacidad de crearle un bajadero que le preserve las siglas del partido.

En innegable que ante los ojos de la sociedad, la mascarada convencional montada por la Comisión Nacional Organizadora (CNO) el pasado día 20 de Julio pone de manifiesto una visión claramente inadecuada de la lucha partidaria. Aunque en el PRD el fenómeno refleja la incapacidad de la cúpula partidaria en adecuarse a los requerimientos de transparencia propios de las organizaciones creíbles y de una autentica cultura democrática, esas prácticas han ido debilitando el sistema de partidos y crean todas las condiciones para habilitar nuevos espacios, encabezados por liderazgos con mayor sentido de compromiso  y/o trabajar desde el mismo seno de las estructuras electorales establecidas, pero enriqueciéndolas con un esfuerzo de transformarlas y adecuarlas ante la nueva realidad social y política.

Con la velocidad que ejercemos la lucha política, nunca tenemos tiempo para el debate racional y respetuoso, y en el caso del partido donde milito, el  referente de combinar la acción política con una visión global y moderna lo representaba José Francisco Peña Gómez. Por eso, su partida creó una orfandad en el orden ideológico y respecto del equilibrio entre los sectores en pugna se redujo la noción arbitral en las competencias internas que, casi siempre, sirven de argumento a los sectores históricamente adversos al PRD para reiterar su retorcida tesis de nuestras “incapacidades” para asumir la dirección del Estado.

Esa forma primitiva de canalizar la diversidad partidaria se profundiza en la medida que las potencialidades políticas se construyen alrededor de los valores invertidos. No es una coincidencia que los “liderazgos” se articulen sobre el dinero, patrocinio de grupos económicos, compra de lealtades y el debate de las ideas  no aparezca en el marco de la competencia. Miguel Vargas Maldonado es una expresión perfecta de cómo la actividad política se distancia de la militancia social, consistencia ideológica, arraigo con los sectores populares y termina en “manos” de los adversarios del PRD que articulan toda una red de intereses  donde  las cuotas de reparto y migajas recibidas representan el vehículo de sobrevivencia de un aspirante presidencial que, en términos reales, no representa ningún peligro  de desplazamiento del PLD del poder. Por eso, lo prefieren.

Conocía los riesgos de presentar una candidatura a la presidencia del PRD. Inclusive, el día 20 nadie discutía el candidato de mayores simpatías, sino que se debía hacer para evitar una burla del proceso y resultados divorciados de la realidad. Esa será materia del Tribunal Superior Electoral, porque las distancias entre mi propuesta política y la de Vargas Maldonado obedecen a la creencia de que  los resortes de poder y sus conexiones con el partido de gobierno le garantizan un fallo capaz de patear lo que el país observo, los medios de comunicación rechazaron, la conciencia democrática abomina y la multiplicidad de pruebas que tengo claramente condenan.

Vargas Maldonado apuesta a la fuerza del gobierno. Yo transito el camino de la legalidad institucional consciente de todas las presiones y chantajes que serán sometidos los llamados a validar o no un proceso convencional cantinflesco. Acudí a la CNO, estoy solicitando a la Comisión Política que se exprese respecto del proceso. En ambas situaciones conozco de antemano los resultados. Ahora bien, no puedo llegar al TSE dándole espacios a ningún incidente o chicana procesal.

En la “lógica” del PLD es “entendible” su apuesta por Miguel Vargas. La cantidad de policías actuando en el proceso convencional revela una línea política que, se profundiza, por el hecho de que hace días  el Banco de Reservas recibió como dación en pago el edificio donde operaban las oficinas principales de TRICOM como forma de saldar el compromiso financiero derivado del préstamo de 15 millones de dólares  entregados en medio de la campana electoral del 2012, al entonces presidente del PRD. Y bajo el amparo del secreto bancario, la ley de Libre Acceso a la Información no puede auscultar una gracia a todas luces amparadas por el poder. Además,  un pre/candidato presidencial del PLD pretende utilizar sus influencias, seducido por la tesis, de que un PRD fragmentado facilita su candidatura y triunfo en el 2016, y acciona a favor  de una decisión que  preserve las siglas en manos del sector ultra-disminuido en la estima ciudadana.

En lo que llega la decisión del Tribunal Superior Electoral (TSE), Miguel Vargas Maldonado articulado con un sector conservador y amparado en instancias de la comunicación apuestan a golpes mediáticos para su legitimación como “presidente” del PRD, fundamentados en desaparecer de los medios toda referencia a la convención del pasado 20 de Julio y posicionándolo con sus opiniones sobre temas esenciales. Así, retoma el sendero de lo institucional y allanan el camino de reconstruir un mejor perfil que  de  presidencial y atractivo tiene el hecho de ser preferido por los que plantean una formalidad democrática con un “PRD opositor” y sin posibilidades de ganar elecciones.

No me desespero, apuesto a la institucionalidad democrática. Tengo fe en un PRD en capacidad de concitar un gran frente opositor donde las energías se dediquen al diseño de políticas eficientes, capaces de generar empleos, con recetas inteligentes para disminuir la pobreza, afianzados en mayor oportunidad para los jóvenes y mujeres, aptos para reducir la desigualdad y marginalidad social, cuestionador de las prácticas de corrupción, formulador de propuestas que disminuyan la inseguridad ciudadana y capaz de adecentar los hábitos del sistema de partidos.

Los partidos no pueden descansar en manos cercanas al oprobio y distantes del honor. ¡Esa es una tarea pendiente!

Afectos,

Guido Gómez Mazara.

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