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Juan Vicini defiende a Ligia Bonetti


Nace polémica entre el abogado José Luis Taveras, experto en Derecho Comercial y director de la revista Gaceta Judicial y el empresario Juan Bautista Vicini, presidente del Consejo de Directores del Banco Progreso,  del Listín Diario y ejecutivo del Grupo Vicini, a raíz de la declaraciones de Ligia Bonetti de Valiente, presidenta de la Asociación de Industrias de la República Dominicana, negando  que en el país existan bajos salarios y que esa sea la causa del aumento de los empleos informales.

A Ligia Bonetti

Cara señora:

Me tomo este tiempo para ocuparme de usted. Escasean los motivos para hacerlo porque entre nosotros no existe nada personal que nos vincule, así mis valoraciones no estarán atadas a prejuicios que pudieran condicionar su libre expresión.

Sospecho que nunca pensó que su nombre fuera tan popular como en estos días ¿y sabe por qué? porque laceró una fibra muy sensible de la dignidad de mucha gente. No quiero rumiar sus declaraciones, ya es un cocido bastante batido. Pero tampoco dejo de aprovecharlas para motivarla a reflexionar, con serenidad autocrítica, sobre el encono popular que ellas provocaron. 

No la culpo de la frialdad de sus palabras. Usted habló en nombre de unos intereses prestados y cada vez más desconectados de la realidad que padecen siete de cada diez dominicanos. Me sobrecoge pensar la distancia que separa las visiones que, sobre un mismo país, tiene su gente de la mayoría de los dominicanos que sobrevivimos bajo un techo de veinticuatro horas. 

Me preocupa su despreocupación. Cuando el liderazgo empresarial solo se concentra en el rendimiento de sus inversiones y le deja al gobierno la atención de los excluidos, evidencia una patética orfandad de sensibilidad. Celebro, sin embargo, sus palabras porque ellas desnudan sin rubor la clase de empresarios que tenemos para sopesar el riesgo de cualquier crisis social. Esa anestesiada conciencia los embrutece haciéndoles invertir sobre un polvorín que puede detonar en cualquier coyuntura políticamente manipulada. Venezuela está a dos horas en sus jets privados, un espejo muy cercano.

Sus palabras enardecen la frustración de aquellos a quienes el sistema les ha negado las oportunidades que usted y los suyos derrochan como rutina de vida. Esa tragedia va amontonando sedimentos de indignación que buscan formas de descompresión social generalmente catárticas. Es posible que sus hijos no estén aquí cuando eso suceda, pero le aseguro, casi con certeza profética, que usted y sus intereses tendrán que emigrar a otros suelos ¿Sabe por qué todavía no lo ha hecho? porque la rabia social sigue contenida gracias a las migajas clientelistas de esos gobiernos a los que sus intereses califican de corruptos pero tras bastidores validan, negocian y viven de sus ofertas. 

Disfrute la placidez de sus estancias en Casa de Campo pero no le garantizo que con un sueldo como el que usted considera digno, muchos dominicanos puedan seguir dormitando en el conformismo, sin embargo sí le aseguro que el primer objetivo de ataque, cuando la avalancha social asome, será su tranquilidad familiar ¡Despierte señora!

Mientras tanto, siga disfrutando de sus artificiosas poses públicas, esas que le celebra la prensa para dar como noticia cualquier declaración suya, y no precisamente porque sea interesante o ingeniosa, sino porque algunos de esos medios, controlados por gente que piensa como usted, necesitan maquillar, con sus desgastados discursillos, la afrenta de vivir en una sociedad tan aberrantemente desigual. Finalmente, antes de usted prestar su imagen de felicidad y realización en la próxima revista ¡Hola! le dejo como tarea reflexionar en esta incisiva expresión de Francis Bacon: “La impaciencia de la miseria marcha lenta, pero marcha”.

Con pesar

José Luis Taveras.

Respuesta de Juan Vicini (17 de julio):

Señor Taveras, si usted la conociera supiera que nadie a estado al servicio de el trabajo y el desarrollo mas que ella. Pero para el que no la conoce ella es igual que yo, un ladrón, un aprovechado, un esclavista, un vampiro que se chupa la vida de un pueblo para enriquecerme. 

Despierte usted y deje de generalizar y asumir que usted conoce del carácter y de la entrega de personas que trabajan por que el país sobreviva la misma ola devastadora a la que usted alude… en los próximos 20 años la base laboral de la república se duplicara, 4.5 millones de jóvenes dominicanos requerirán durante ese periodo que se generen oportunidades que sinceramente dudo el internet logre producir. 

Durante el mismo tiempo 5 millones de haitianos hoy menores de 21 años entraran a la fuerza laboral de su país, sin contar los 2.5 millones desempleados hoy… y encontraran un vacío que representa un istmo de presión migratoria para nuestra patria… el cataclisma que se avecina, que esta de hecho arriba de nosotros en este momento reflejado por el 30% de desempleo en la población menor de 25 años …versus el promedio nacional de 15% …no solo desvanecera la tranquilidad familiar de Ligia, sino que completamente derrumbara todo lo que usted reconoce como vida, destruyendo todo al ritmo de una avalancha como bien refleja.. de acusaciones ignorantes como la suya, y en las cenizas quedara poco de lo que usted reconoce como patria, y en ese desvanecimiento de racionalidad usted se preguntará… porque le retumbaran los oídos con los gritos de su propia subconsciencia… que hacia una joven que no necesitaba hacerlo, dedicando su vida entera al servicio de la institucionalidad, en el frente de batalla desde las seis de la mañana hasta las 12 de la noche… trabajando en pro de la generación de una economía desarrollada… que hacia un joven multi millonario empeñado en que se desarrolle una metropolis de desarrollo en la frontera … y la respuesta que le dará la ola mientras ve destruir su casa y toda posibilidad de desarrollo de una clase media… lo que le dita La Avalancha sera.. “seguramente estaban robando..” porque siendo ricos lo necesitaban verdad?.. Despierte Usted! es la republica que esta en juego… tire su talento y todo su esfuerzo en estos próximos 15-20 años como lo hace Ligia Bonetti que pudiera estar cómodamente en no casa de campo… sino JARTA fuera lejos de aquí sin embargo no lo a hecho…y espero que si no somos exitosos en lograr que esa avalancha que se llama BABY BOOM sea un boom de desarrollo y efectiva distribución de oportunidad, bien estar y libertad… ella estará ahi como yo dispuesta a morir tratando hasta que nos deje del cuerpo la ultima gota de sangre, porque lo que la mueve a ella no es el dinero que ya tiene ni el poder que no quiere, sino la RESPONSABILIDAD que le cae por las circunstancias…

Respuesta de José L. Taveras (18 de julio):

Respuesta a Juan Vicini

Agradezco el inmerecido favor de leer mi carta a Ligia Bonetti. Y aún más hacer pública su desbordada reacción. En el calor de su respuesta hace valoraciones que nunca realicé. Una de las más sensitivas fue suponer que mi intención era denostar el trabajo y el compromiso personal de la señora Bonetti. Nada más falso. No valoro vidas sino ideas. Con el propósito de crear esa artificiosa impresión, invoca alegaciones prejuiciosas, como la de afirmar que para el que no conoce su trayectoria, esa dama es igual que usted: “un ladrón, un aprovechado, un esclavista, un vampiro que se chupa la vida de un pueblo…”. Enfatizo lo de las comillas para destacar la privativa autoría de su estilizada prosa.

Señor Vicini, deploro hondamente que usted haya filtrado mi carta por el cedazo de sus prejuicios con el deliberado propósito de descalificarme. Eso suele suceder cuando los juicios pierden solvencia argumentativa. En ella, me referí a una declaración desafortunada de la señora Bonetti, en su calidad de representante de un sector empresarial, que generó una repulsa nacional como expresión de un riesgoso divorcio entre la visión-país de la base social y la del colectivo empresarial por cuenta del cual habló. A partir de ese evento, construí mi propia y libérrima crítica; sobre esa referencia, absolutamente casuística, hice una apelación al sector empresarial organizado a armonizar su agenda con las aspiraciones colectivas para evitar una situación de catarsis social como la que se ha producido en otras latitudes. Ese llamado mereció de usted una calificación tan inmejorable como memorable: “acusación ignorante”. Lo siento, señor Vicini, pero cometió la misma ligereza que me imputa.

Es muy propio de nuestra cultura excluyente “estereotipar” a la gente para sacarlo del debate. No soy un hombre-masa. Siempre hablo con voz propia (no prestada) por ser el único dueño de mis actos. Si la gente, que en su mayoría no conozco (jueces, estudiantes, artistas, empresarios, profesionales, activistas sociales) se sintió interpretada o expresada con mis juicios en esa carta, entonces debemos convenir que la ignorancia es un mal viral en este suelo, como lo es la pobreza. No soy populista ni resentido; creo en la democracia, en la empresa privada, en la libertad de mercado, en el emprendurismo, en el capital; he estudiado y ejercido, por más de veinte años el derecho empresarial exitosamente, y mi vida ha sido, en pequeña escala, producto de un inédito dominican dream. 

No valoro a la gente ni por sus haberes ni mucho menos por sus nombradías o abolengos (pretendidos o merecidos) porque mi vida se solventa de valores más transcendentes. Pero también creo en la responsabilidad social empresarial, en las obligaciones fiduciarias del gobierno corporativo y en las reglas de la sana, eficaz y leal competencia de los mercados. Temas muy pocos tratados en las agendas empresariales, más volcadas hacia la crítica y matización de las políticas públicas que a la democratización y a la transparencia de los mercados.

Mis aprehensiones sobre el futuro dominicano pueden resultarle neuróticas o tremendistas, pero creo que es socialmente insostenible que el 50% de la población reciba algo menos del 10% del total de los ingresos, mientras que el 10% más rico concentra el 56% y que a pesar del crecimiento del PIB nominal de los últimos dos decenios, la economía dominicana ocupe, en concentración de mercado, el puesto número 139 de 144 países del mundo analizados por el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial correspondiente al 2012, con muy pocas variaciones en los años posteriores. 

Lejos de satanizar al empresariado, mi ignorancia o pecado, fue advertirle a una representante de ese sector sobre las consecuencias sociales de ese cuadro de asimetría social y la necesidad de que el sector empresarial asumiera una participación más activa, sensible, solidaria y humana. Los modelos de las organizaciones empresariales como simples grupos de intereses deben ceder a nuevas estrategias y visiones organizacionales más sustantivas, integrales, técnicas y menos personalistas.

Debo decirle, señor Vicini, que empresarios y profesionales amigos suyos me han escrito en privado endosando mi opinión, pero que por temor no hacían públicas sus coincidencias. Eso dice mucho de los mitos de miedo que han generado los poderes fácticos nacidos de esa concentración económica. Y es que en la cultura empresarial dominicana no se ha superado la percepción bipolar que asume al poder público como la fuerza del mal enfrentada al sector privado, encarnación del bien. Que no se puede cuestionar a la jerarquía católica ni al empresariado de cúpula porque quien hace eso se autocondena al ostracismo. Ese ridículo reducto, legado de un rancio autoritarismo, todavía impone su verdad en este país de intolerancia ensoberbecida.

Finalmente, le agradezco que haya utilizado mi espacio virtual para interactuar personalmente con mis lectores. Eso es democracia de opinión. Ojalá esa improvisada dinámica participativa tenga su homóloga expresión en la incipiente democracia económica que tenemos, por el bien de todos.

Supongo que no me aceptará la invitación a mi cuenta personal de FB que le hice. Pero se la reitero convencido de que como decía Diderot “hasta de la ignorancia se aprende”.

Su amigo,

José Luis Taveras

Respuesta de Juan Vicini (18 de julio):

No señor, es usted el que me mal interpreta…yo no pienso que su “certeza profética” sea neurótica es como usted mismo la conjura lo que me preocupa. Que usted inicie su carta a Ligia escribiendo “…no existe nada personal que nos vincule, así mis valoraciones no estarán atadas a prejuicios que pudieran condicionar su libre expresión” resulta en si una maraña, la cual leyendo el resto de la carta se crece de valoraciones personales y le desacredita sin intervenir mas nadie que usted mismo. en ningún momento lo “estereotipé” sino que le reproché que usted valore la idea de cagarse en la vida de otro para ventilar su premonición apocalíptica, y ademas claramente aludiendo a que ella desconoce los graves retos que enfrenta el país. 

Si usted valorara vidas y no egos le estaría claro lo evidente que Ligia Bonetti tiene toda su vida profesional advirtiendo y luchando en contra de el advenimiento de esa catástrofe. Nunca aludí a que usted había propuesto que ella era igual que yo al atribuirme los adjetivos que usted puntillosamente entrecomilló… No señor yo me los asigne yo mismo responsablemente no en son de prejuicio a nadie sino en anticipación al juicio que usted mismo le advierte a una madre quien supongo debe de sentirse agradecida del inmerecido favor que usted le hace alentando a que siga luchando cuando usted proclama, reclama, aclama (no se, supongo que no amenaza) con esta siguiente valorada idea suya… 

“Disfrute la placidez de sus estancias en Casa de Campo pero no le garantizo que con un sueldo como el que usted considera digno, muchos dominicanos puedan seguir dormitando en el conformismo, sin embargo sí le aseguro que el primer objetivo de ataque, cuando la avalancha social asome, será su tranquilidad familiar ¡Despierte señora!”… me agrada que usted sienta el calor de estar despierto pero baje dos cambios viejo que ella esta despierta aunque algo trasnochada con el tiempo que tiene tratando de despertarlo a usted. 

Supongo que cuando usted se ahorra el detalle de “No quiero rumiar sus declaraciones, ya es un cocido bastante batido” usted no quiso decir que no quiso ni leer las declaraciones ya que se conformo con los titulares. 

Pero señor le invito a que sus hijos interpreten lo que usted quiso decir cuando usted regurgito su siguiente valorada idea “Es posible que sus hijos no estén aquí cuando eso suceda, pero le aseguro, casi con certeza profética, que usted y sus intereses tendrán que emigrar a otros suelos ¿Sabe por qué todavía no lo ha hecho?…” Por favor lea eso que usted escribió, léalo tres veces corrido a ver si algo mas que su ego le permite oír lo siguiente… imagine que se lo escriban a usted y que sus hijos lo lean.

 Le digo con toda franqueza, vallase a la $#@!%, ella estará aquí mucho tiempo mas luego de que usted se largue, y a estado despierta desde mucho antes. ¿Sabe porque todavía no lo a hecho? porque ella no se a ido? demasiadas personas dependen de ella. 

En cuanto a sus cifras extraídas del reporte del banco mundial ( con su política de cobrar impuestos para pagar deudas) que ignora que la razón por la que la economía a crecido y somos mas pobres es porque 150,000 personas están entrando a la fuerza laboral por año y el capital de crecimiento de el sector productivo se a ido a pagar por los 500,000 empleos que el gobierno a tenido que generar internamente (casi obligados), y porque mas que cualquier otra nación en el mundo esta a venido cargando con el deterioro económico de Haiti por lo que la economía a crecido pero una buena parte de ese crecimiento no computa ni como de la fuerza laboral ni del sector productivo, y en todos los casos que conozco la riqueza que corresponde a la industria esta invertida toda en las industrias mismas.

 Y por ultimo, que sus serpentinas lingüísticas me cansan, responderle a usted es un ocho, nadie que es amigo mío sea empresario o profesional le a escrito a usted en privado… yo no tengo amigos que le atemorice dar su opinion. Se sorprenderá sin embargo usted cuantas personas se comunicaron para apoyarlo porque le tienen miedo a usted, y quieren estar de su lado. Es como funciona el terror.

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