Por Juan TH.
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El senador por San Juan de la Maguana y secretario de organización del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Félix Bautista Rosario, con jurisdicción privilegiada en la Suprema Corte de Justicia que él y su padre Leonel Fernández eligieron, ha demandado por difamación e injuria. Sus abogados piden prisión de por vida para mí. Cadena perpetua es lo que merezco, dicen.
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El senador por San Juan de la Maguana y secretario de organización del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Félix Bautista Rosario, con jurisdicción privilegiada en la Suprema Corte de Justicia que él y su padre Leonel Fernández eligieron, ha demandado por difamación e injuria. Sus abogados piden prisión de por vida para mí. Cadena perpetua es lo que merezco, dicen.
Para salvarme de la guillotina, la
silla eléctrica o el paredón moral debo pedirle perdón con espacios pagados en
todos los periódicos, incluyendo los digitales, pues de lo contrario la Suprema
Corte de Justicia que preside el socio de su padre Leonel Fernández me
condenará al pago de 50 millones de pesos, que no tengo, ni tendré nunca a
menos que me saque la loto, que no juego, o herede fortuna de mis padres, que
murieron pobres hace ya algunos años. (¡Me jodí!).
Estoy compelido, pues, a pedirle
perdón y decir que es un hombre honorable al que la Academia Sueca debe darle, por méritos, el Premio Nobel de
Economía, pues, como Jesucristo, multiplicó panes y peces dejando atrás la
pensión y el comedor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo que
generalmente no podía pagar…
A Félix Bautista lo conocí en la
casa de Roberto Santana y Yumaila Sabah Cury, donde celebramos la victoria de
Leonel Fernández, entonces mi amigo, en las primarias del PLD como candidato
presidencial.
Allí estaban Diandino Peña y Gladys Gutiérrez, entre otros. Bautista, si
mal no recuerdo, era su chófer o parte de la seguridad del flamante ganador.
Creo que aún no se había graduado en la universidad de los pobres.
Cuando Bautista fue nombrado por
el presidente Fernández en el año 1996, declaró ante un notario, que sus bienes
ascendían a 547 mil pesos. En el 2010,
cuando “ganó” la senaduría de su provincia juró, otra vez ante un notario
público, que sus bienes, incluyendo un apartamento construido por el Estado del
cual era funcionario, 16 millones de pesos. (¡Oh mi Diossss! Como dice el
famoso narrador deportivo Osvaldo Rodríguez Suncar).
Para probar su honorabilidad, la
dirección de Impuestos Internos y la Comisión Senatorial que “investigó” su
fortuna dijo que la Oficina Supervisora de Obras del Estado que Bautista dirigió, pagó más de 110 millones de
pesos. (¿?).
(Esa parte hay que explicarla
mejor porque las instituciones del Estado no pagan impuestos. Por lo tanto
habría que establecer si fue a título personal que Bautista pagó 110 millones
de pesos de impuestos).
Es obvio que tanto la Cámara de
Cuentas, como la Oficina Supervisora de Obras del Estado y el Senado hacen
denodados esfuerzos para presentar al
protegido de Leonel como el más pulcro y honorable de todos los
dominicanos. Una parte de la prensa se ha sumado a esa magna tarea con fervor
patriótico.
Durante los años de comunicador,
casi cuatro décadas, he procurado estar del lado de las mejores causas. Al ver
el esfuerzo del Estado y de una parte de la prensa para mostrar el lado “bueno
y humano” del filántropo de San Juan de la Maguana, me siendo apenado conmigo
mismo. Siento remordimiento por haberle infringido un daño moral tan grande a
este prócer de la Patria al que sin
duda, cuando muera, será llevado al Panteón Nacional.
Estoy casi convencido de que el
avión jet de 23 millones de dólares, la casa que dicen le construyó al ex cónsul de Haití en
Alameda, con dos piscinas, la fundación que atiende niños muertos de hambre,
las residencias en distintos lugares, las cuentas bancarias en el país y el
extranjero, los testaferros que afirman tiene por todas partes, así como el
financiamiento de campañas electorales en países como Haití y Perú, son puras
mentiras. Inventos fruto de la envidia y la maledicencia de gente mala como yo
que no perdona el triunfo de ese pobre angelito.
En tal sentido no me queda más
remedio que pedirle perdón a San Félix Bautista. Y pedirle de rodillas al Papa
Francisco que pondere su canonización. Prometo ir a pies a la Basílica de Higuey a pedirle perdón por
haberlo difamado e injuriado al decir que formó parte del grupo que se robó el
país durante los 12 años de Leonel. No es ladrón, es un santo varón. Equivoqué
el término. ¡Mil veces perdón al Don!
Espero que con esta nota de
desagravio Félix Bautista retire su demanda por 50 millones de pesos en mi
contra. No tengo ese dinero. No lo tendré nunca. No fui funcionario del
gobierno de Leonel, ni tengo puntos de drogas. Es decir, estoy más que jodido.
Sin dudas terminaré en la cárcel, orgulloso, digno, con la frente bien en alto.
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